lunes, 30 de marzo de 2009

Tiempo al tiempo

¿Cuando fue la ultima vez que hice una entrada? realmente no me acuerdo, así que ya tenía ganas de hacerme una. Durante este tiempo han pasado muchas cosas, pero que se convierten en pocas, teniendo en cuenta su carácter efímero. Ha habido clases, clases que devoran mi autoestima y mi moral; y ha habido mujeres -como siempre-. Siempre las ha habido, y supongo que siempre las segurá habiendo, y llámenme goloso pero gustomen todas...

En especial una, por la que siento una especial atracción, pero desde luego -y como no iba a ser de otra forma- con una buena ración de deseos frustrados. La miro por los pasillos y simplemente me saluda, mira hacia otro lado, tímida, con una cara que me recuerda a la de aquellas muñecas de porcelana rusas. Así es ella, o al menos parece ser, una muñeca delicada y frágil, con una discontinuidad inevitable en x=yo.

Lo cierto es que no si se me gusta realmente. He sufrido muchos infortunios amorosos, y tal vez por eso tengo miedo a enamorarme, pero no quiero que estas experiencias me nublen la vista y siempre acabo dejando las cosas, que el tiempo las arreglara, como si fuera la panacea que lo curase todo, pero lo único que hace es enterrar mis esperanzas. Parece que con paciencia y dedicación podría conseguirlo, pero siempre tengo que estar esperando...

Esto me hace recordar un especial caso en el que una mujer me ponía caliente todo el día, pero no quería absolutamente nada, frustrandome bastante. Ella creía que no era más que un juego, tal vez acostumbrada a interminables noches de sexo sin control, pero realmente no es tan efímero como ella creía...

martes, 10 de marzo de 2009

¿Ser feliz o dejar ser feliz?


Hoy me he levantado con otro de esos sueños que siempre atentan contra mi conciencia, provocando la reflexión durante buena parte de la mañana, camino al instituto...

En él aparecía yo, con una chica que antes me gustaba, en mi casa y con otro chaval, ambos muy contntos... Dándole vueltas pensaba que se trataba de una gilipollez, pero realmente había un mensaje más profundo en aquel agridulce sueño: todo el mundo era feliz. Ellos, claramente, y yo, por verles felices. Entonces me he preguntado si era mas importante ser egoístamente feliz o dejar ser feliz a la mujer que amas, aunque no sea contigo.

Despertándome -entre sudor, como siempre- me he quedado pensativo, entre otras cosas, porque eran las 8 menos cuarto de la mañana, pero también por eso, hasta que me he dado cuenta.

La conclusión es confusa, ya que, ya que la mujer en cuestión no es ninguna prioridad amorosa, ni a mi me ha pasado nada parecido, asi que cuando pasé, ya lo narraré con delicadeza...